Escuela de padres es el nombre del lugar al que vamos. Nos quedamos dos horas en la sala de juego libre o hasta cansarnos.
Bien temprano ya pienso en el café que ofrecen y me pregunto cuanto falta para llegar.
Hace frío en Hamburgo y para salir hay que vestirse con muchas cosas. Joan lleva un traje de lana encima de todo lo demás. Cuando está listo parece un duende o un osito y en el espejo del pasillo nos miramos y le digo: ¿Quien es ese osito que está ahí? Vamos a la escuela de padres. Ahí vas poder jugar.
En la escuela de padres conversamos en alemán. Otras madres preguntan: ¿En Latinoamérica amamantan mucho tiempo, verdad? ¿Más de un año es normal?
Cuando Joan se duerme aprovecho mirar cosas un negocio que que llama Humana. Encuentro un vestido de verano y es justo para Buenos Aires. Joan se despierta entonces me lo llevo sin probar.
El vestido tiene flores y un agujero que no es de roto, sirve para levantar un pedazo de tela y dar de mamar. Me queda grande y pienso que no se nota hasta que alguien se anima a comentar: Se te ve muy flaca ¿Será por amamantar?
El texto y los dibujos los hice para El cielo del mes.